El enfoque de IDAPP de los problemas infantiles y juveniles
En IDAPP entendemos que la persona nace con una disposición genética y constitucional que determina algunos aspectos de la misma,pero es en la interacción con los demás que se constituye y se va desarrollando la estructura y función del cerebro.
Creemos en la Psicología como ciencia del conocimiento que vela por el bienestar de las personas. En el campo infanto-juvenil, los padres se pueden plantear consultar con un psicólogo cuando detectan un malestar en su hijo/a y se cuestionan qué le pasa y cómo pueden ayudarlo. En ocasiones bastan unas sesiones para entender de dónde proviene el malestar, los factores que lo mantienen y ofrecer estrategias para gestionarlo y, en otras, se recomienda iniciar una intervención más prolongada.
En IDAPP priorizamos el entender, acoger y ayudar a la familia, antes que la etiqueta del niño/a. El trabajo va dirigido a dar herramientas a la familia para ayudar a su hijo/a en aquello que le genera interferencia o malestar y no tanto en catalogar qué tiene. Por otro lado, cuando se trata de un trastorno, un diagnóstico permite a los padres entender las dificultades y las causas, diferenciando cuando los problemas no son atribuibles a factores como los estilos de crianza, factores del ambiente o factores de voluntad. Del mismo modo, el tener un diagnóstico permite justificar la demanda de ayudas a la administración, generar más recursos de apoyo en el colegio, identificarse con la problemática vivida con otros padres y encontrar apoyo en asociaciones o grupos.
¿Cómo diferenciar si un comportamiento es normal o necesita intervención?
No toda sintomatología consultada en un niño se traduce en un trastorno mental. Los niños pueden ser movidos, no hacer caso, ir a la suya o confundir letras, pero no por eso tiene que tratarse necesariamente de un caso de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, o de Autismo o Dislexia.
El profesional es el responsable de recoger de forma minuciosa la información de los padres y maestros de la escuela, para así poder configurar una hipótesis clínica que validar o descartar con las pruebas e instrumentos de valoración. De esta forma, conjuntamente con el equipo multidisciplinar, se puede llegar a una conclusión acerca de la problemática y necesidades del niño/a, que se comparte con los padres en la sesión de devolución.
¿Cómo es la intervención con los niños?
En IDAPP la intervención se ajusta teniendo en cuenta las necesidades individuales de cada caso, los recursos disponibles a nivel escolar, la dinámica familiar, etc.
Existen muchos formatos de intervención (individual, grupal, domicilio…) profesionales especialistas en diferentes áreas (psicología, psiquiatría,logopedia…) y distintas frecuencias y modalidades de tratamiento. Una vez valorado el caso, se propone a la familia la intervención más pertinente y se acuerda conjuntamente la mejor opción.
En IDAPP se tienen presentes las variables comunes que tienen las intervenciones más recomendadas, basadas en la evidencia empírica.
- Se recomienda iniciar la intervención tan pronto como se observan dificultades en el desarrollo.
- La intervención debe ser intensiva y extensiva a todos los contextos del niño/a, incluyendo a la familia, el colegio y el trabajo en red con los profesionales involucrados en el caso.
- Es necesario incluir a las familias en el tratamiento para poder adquirir estrategias de estimulación y gestión de posibles dificultades.
- Hay que diseñar un programa de intervención individual, con objetivos concretos para cada área de afectación y revisarlos de manera frecuente.
